Guillermo Henríquez estuvo hace dos meses de vacaciones en Europa: concretamente en Barcelona, ciudad de sus mayores afectos y donde vivió e inició su carrera como dramaturgo en los años 70; y Roma, ciudad amada por él en los libros y el cine, pero que solo pudo conocer en este viaje.
Después de vivir a la sombra de su Casa Barcelona, en Ciénaga, regresa de Europa con “ganas de seguir viviendo” y dispuesto a emprender un nuevo proyecto novelístico. Aceptó contestar este cuestionario, luego de haberse hecho esperar algún tiempo. Sus respuestas, breves y veloces, lo muestran mordaz y combativo.

Guillermo Henríquez es autor teatral, narrador, historiador e investigador. Eso dice su bibliografía, publicada e inédita. ¿Con quién se queda?
Con todos, y ahora agregaría interlocutor con los muertos, ya que he experimentado esta cualidad varias veces. La última vez hasta conversé con uno en una calle de Ciénaga, a dos cuadras de mi casa.
Inició publicando obras de teatro a fines de los años 70 del siglo pasado, pero en los años 80 comenzó a publicar cuentos y a escribir novelas. ¿Qué explica este viraje?
Así no es la cosa, me inicié a los 13 años escribiendo cuentos dibujados; luego, a los 17, cuentos supuestamente literarios; a los 20, obras mal concebidas de teatro; a los 30, obras de teatro bien concebidas por influjo de Barcelona; a los 48 años, por incitación de Clinton[1], reescribí unos cuentos que concebí en Barcelona en los años 70; me inicié como ensayista por incitación de Gabo, y para descubrir sus secretos de cocina; y, finalmente, sigo escribiendo: menos pero mejor.
¿Algunos autores esenciales en su formación literaria? ¿Un escritor o una escritora a los que siempre lee?
Edmundo de Amicis, el cine de Michael Curtis, George Cukor y Billy Wilder, director de Sunset Boulevard; y los escritores que siempre desearía estar leyendo son Giorgio Bassani, Elsa Morante y Robert Musil, pero también a la amada Carson McCullers.
El Misterio de los Buendía es un enjundioso ensayo sobre las fuentes reales e históricas de Cien años de soledad. ¿Qué aportes hace usted en este libro?
Eso que ya dijiste.
Sigue siendo un autor de varias novelas inéditas. ¿Qué pasará con ellas?
Que el tiempo las revisará y las valorará, pese a lo que digan ahora.
¿Ha escrito sus memorias? ¿Tienen título? ¿Qué encontraremos en ellas?
Tiene varios títulos, algunos agresivos, pero creo que permanecerá este: El sitio exacto del paraíso.

¿Su mejor obra de teatro?
Escarpín de señora es la que más me gusta. Técnicamente es casi perfecta; solo Dios lo es.
¿Su mejor cuento?
“Mujer en la ventana», y digo lo mismo que dije de la obra de teatro.
Acaba de cumplir 77 años, en julio, vive en Ciénaga, ¿cómo quiere ser recordado?
Como alguien que vivió en Ciénaga.
¿Qué significa Ciénaga para usted?
Es la fuente viva de mi vida y mi obra.
¿Cómo la imagina en unos años?
Desafortunadamente, como una ciudad grande e indolente.
¿Algún consejo para los escritores jóvenes?
Que para ser escritor solo se necesita talento y dedicación.
¿Tiene algo de qué arrepentirse, algún sueño no realizado?
No haberme quedado en Barcelona.

¿Trabaja en un nuevo proyecto literario?
Sí, en mis memorias convertidas en novela-río.
¿Qué ha escrito por estos días?
Un minicuento, en Roma este noviembre, que es un homenaje a Greta Garbo.
Guille, como lo llaman sus amigos más cercanos de Ciénaga, sigue dando guerra
[1] Clinton Ramírez, escritor cienaguero y amigo de Guillermo.
Se sintió muy cortante, cosa que no acostumbra ser en cuanto a contar se refiere, lo he escuchado en distintos escenario de cultura en ciénaga y es la primera vez que lo noto tan reducido en sus respuestas, nos quedó debiendo Guillermo. Saludos Annabell, me sigue gustando tu trabajo.
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En un encuentro de escritores realizado en el Teatro Magdalena de Ciénaga hace algunos años tuve la oportunidad de entrevistarlo y conversar con él. Ese día fue más expansivo en sus respuestas y, con un tono de alegría, conversamos un buen rato. Fue cuando me comentó que se residenciaría en Barranquilla. Recuerdo mucho que siempre fue mordaz y algo agresivo con sus coterráneos. Felicidades Anabel
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