En defensa de la poesía en tiempos inciertos

Para defender a la poesía sentimiento en medio de un mundo caótico donde el exceso de medios de comunicación nos incomunican a los unos con los otros; para para crear versos que coincidan con el sentir del hombre y la mujer del común, para volver a esa poesía que humanice por medio de palabras claras y profundas, nace la antología de poetas que escriben en español ‘Poesía ante la incertidumbre’.

Entre esos poetas que escriben en español se encuentran el bogotano Federico Diazgranados y el español Daniel Rodríguez Moya; quienes estuvieron en Santa Marta para el lanzamiento de esta antología, invitados por el taller de escritura creativa Relata.

Los doce poetas que hacen parte de esta antología están claros en el concepto de una poesía que llegue al entendimiento de todos los seres humanos y que emocione al lector. El Prólogo de Poesía ante la incertidumbre itulado ‘En defensa de la poesía’, los poetas se arriesgan a lanzar su propio manifiesto considerando que la poesía contemporánea está llena ambigüedades y terrenos oscuros que solo conduce a la deshumanización.

“Admiramos a poetas a los que hemos tenido o tenemos la suerte de conocer, como Ángel González, Jaime Gil de Biedma, Gonzalo Rojas, Claribel Alegría, José Hierro, Luis García Montero, Benjamín Prado (y los poetas de la conocida Poesía de la Experiencia), Juan Manuel Roca, Marco Antonio Campos, Jorge Boccanera, José Emilio Pacheco, Mario Benedetti, Gioconda Belli, Oscar Hahn, Omar Lara, Waldo Leyva, Piedad Bonnett… Ellos siguieron el camino, la tradición literaria de Rafael Alberti, Antonio Machado, César Vallejo, el primer Octavio Paz, Pablo Neruda, Miguel Hernández, Federico García Lorca, Luis Cernuda… Son muchas las lecciones que pueden desprenderse de ese largo camino.

Han escrito una poesía perfectamente entendible, han procurado reflexionar sobre el mundo que los rodeaba tratando de ordenarlo en un poema, han dialogado con sus fantasmas y con sus lectores, estableciendo una comunicación imprescindible en cualquier género literario, y han huido de las modas y de la actualidad poética, es decir, nunca han escrito contra nadie, no han tratado de ser novísimos. Estamos convencidos de que no se puede escribir poesía contra alguien, del mismo modo de que la peor idea de todas es escribir un poema sin ideas”, establece el manifiesto.

En defensa de la poesía
Esta entrevista fue publicada en el suplemento dominical Macondo de Hoy Diario del Magdalena el 21 de julio de 2013.

En entrevista para MACONDO, Federico Diazgranados y Daniel Rodríguez Moya cuentan cómo y por qué surgió el movimiento.

¿Cómo surgió la idea de hacer una antología en defensa de la poesía?

Daniel Rodríguez Moya: La idea surgió en Madrid, en un bar de Rock and Roll (porque no podía ser de otra manera), charlábamos muy de noche, sobre por qué la poesía de hoy no nos decía nada. Comentábamos que debía haber poetas que pensaran lo mismo y que estuvieran reaccionando contra eso. Es decir, que tengan un compromiso con la poesía.

Llegamos a la conclusión de que los nuevos poetas giraban siempre en torno a una poesía hermética, llámese neobarroca, llámese poesía del silencio o poesía del fragmento; pero es un tipo de poesía que tenía, como común denominador, el hermetismo.., inentendible y carente de emoción. Nos preguntamos si esto era lo mejor de la poesía que se estaba escribiendo en nuestra generación porque nosotros andábamos muy despistados, no entendíamos nada sobre esa poesía escrita para poetas. Por eso le apostamos a una poesía clara y luminosa y con un rigor literario porque  nos  critican por hacer una poesía demasiado sencilla, pueril en el mal sentido de la palabra. Pero nosotros siempre hemos dicho que el primer compromiso de un poeta es con la poesía, con el propio rigor literario y creo que eso no lo abandonamos los escritores de este movimiento.

Federico Diazgranados: Los poetas, los grandes poetas de siempre, han hablado de los temas del sentimiento. Si vamos a la Iliada, a la Odisea, a el Cantar de los cantares, a Wiliam Shakespeare, San Juan de la cruz, Antonio Machado o Pablo Neruda nos vamos a encontrar que ellos tocaron esos mismos temas y simplemente lo dotaron de una magia, un sentido y un significado, que les permitió sobrevivir en el tiempo gracias a que cada uno lo hizo de una manera muy personal y de una manera muy íntima.

Suena anacrónico, en este tiempo, hablar de sentimientos, de emociones, del amor, de las cosas que hermanan a todos los seres humanos. Estoy seguro de que si en este momento, un coreano en Seúl lee un poema se va a emocionar. En estos momentos algún hombre en Seúl se debe estar sintiendo solo, triste o dichoso por algún asunto. Entonces, ¿qué es lo que nos hermana con ese hombre de Seúl?, pues el arte, la poesía, la música.

El siglo XXI también ha sido muy confuso con eso. Poemas que vienen cifrados o vienen contenidos de un significado que solamente entienden los entendidos en poesía. Pero el ser de la calle, el ser del común, también necesitan tener una definición en el mundo de la poesía. Nos hemos encontrado en ese camino un poco anacrónico y hemos coincidido en esa manera de ver y concebir la poesía como algo sencillo, como algo que comunique las emociones humanas como lo ha venido haciendo desde siempre.

¿Qué hace un poeta y el lector para acabar con esa barrera del lenguaje?

D.R.M: Es muy fácil remover el agua de un pozo y al parecer el pozo luce más profundo en la medida en que más oscuro está. Con el lenguaje pasa lo mismo, cuando más se adorna, cuando más se utiliza el adjetivo complicado parece que el poema es más sesudo, intelectual, es más poema, pero cuando se utiliza un lenguaje sencillo pareciera que no se está profundizando.

Yo creo que el poeta debe buscar un término medio, es decir, la oralidad cotidiana debe llevarse al terreno de la literatura, hay que trabajarlo, transformarlo, hay que hacer literatura con el objetivo de que comunique. Entonces el lenguaje rompe las barreras con el mismo lenguaje.

Puedo asegurar que ninguno de los poemas que aparecen en esta antología está escrito así como así, no ha salido uno solo sin ser corregido. Las palabras son pensadas, concienzudas, hay un trabajo de rigor detrás de cada poema.

¿Qué hay con ese lenguaje poético que transforma la palabra y la enriquece, que se apropia del vocabulario y crea mundos distintos? No hay que dejar de lado esa poesía.

D: La poesía tiene tantas definiciones: “cuando dos palabras se encuentran por primera vez”, “el encuentro de un paraguas con una máquina de coser en una mesa de disección” tal como lo imaginó Lautreamont en su momento.

Yo percibo que a los poetas que hacemos parte de esta antología, nos reúne ese rigor también. Construir un verso o un poema de la manera más sencilla, necesita un rigor o conocimiento de una tradición. El lenguaje debe ser vigoroso y poderoso pero no necesariamente para que el lenguaje se haga poderoso y vigoroso tienen que nutrirse de palabras preconcebidamente poéticas como si hubiese palabras que no fueran materia prima para la poesía.

Las palabras están allí, la magia del poeta está en saberlas tejer, está en que el idioma se dote de un nuevo sentido y un nuevo significado y nos pueda transmitir un mundo y una emoción. Es allí donde está el hecho poético y la poesía.

Pero no necesariamente hay unos temas preconcebidos y unas palabras preconcebidas, el lenguaje es muy poderoso y muy amplio y, precisamente, la magia artesana del poeta consiste en articular esas palabras de tal manera que logre construir un mundo y llenarlo de sentido y significado.

Y si este movimiento se apropia de la poesía y surge otro movimiento que reaccione por el hecho de estar escribiendo muy sencillo, ¿podría surgir una poesía algo más surreal?

F.D.G: Seguramente, los diálogos de las tradiciones han estado nutridas de la dialéctica, de esas contradicciones. Así ha sido la historia del arte, la historia de la política, por supuesto la historia de la literatura y la de la poesía. Seguramente habrá reacciones, como ya lo mencionamos, pero  nuestro propósito no es atacar o desconocer una manera de escribir, simplemente defendemos una manera de ver la poesía.

Ya hemos sentido reacciones, hay antologías en cuyas presentaciones los poetas son claros en decir “no queremos una poesía autobiográfica”, “no queremos una poesía donde prime el yo”. Y eso es sano en el debate de la poesía, lo importante es que la poesía esté viva y yo siento que este debate que propicia el manifiesto en defensa de la poesía, ha permitido que el panorama de la poesía escrita en español, haya regresado a debatir en los grandes escenarios el papel de los poetas y la poesía en nuestro tiempo. Esto es algo muy sano en la poesía y para el lector de poesía.

D.R.M Nos habían dicho como reproche que estábamos entrando en un debate ya superado, pero se han despertado acusaciones, manifiestos y antologías en contra de Poesía ante la incertidumbre, lo cual quiere decir que ese debate de la poesía sencilla frente a la poesía oscura sigue vivo, tiende sentido.

Poesía ante la incertidumbre no nació para llevar la contraria, solo para defender a la poesía del sentimiento. Hay unos poetas que solo oscurecen la poesía, para retraerla en una torre de marfil, escribiendo una poesía que no se entiende y que de algún modo rompe la comunicación con la conciencia. Si la poesía no comunica, si no emociona está faltando a su objetivo. Los poetas jóvenes de hoy piensan que con escribir poemas con palabras difíciles están siendo intelectuales, pero pienso que es mucho más difícil escribir un poema, que se entienda con claridad, con palabras de todos, en lugar de empezar a reunir adjetivos y ser grandilocuentes y en el fondo nunca decir nada.

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